Rodando en la intemperie,
supe del silencio oscuro,
de la noche que se queda
colgada de la luna
y de tus labios, sin aliento.
Supe que mis manos vuelan
en el matiz de lo negro,
por esta sensación de tumba
que se me incrusta en el límite,
de querer abrir los ojos
y no verte.
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