Ahora,
que se encorva la mirada
de voces y de hombros,
como si temiéramos descubrir
sobre este baldío,
poblado de sombras,
este paso del tiempo.
Ahora,
sin preludios,
sin fronteras,
sin severa angustia
sin compañía,
podemos despedirnos.
Ahora,
que se encorva la mirada
de voces y de hombros,
como si temiéramos descubrir
sobre este baldío,
poblado de sombras,
este paso del tiempo.
Ahora,
sin preludios,
sin fronteras,
sin severa angustia
sin compañía,
podemos despedirnos.