La noche
nos aventura.
Somos frágiles,
como luciérnagas
en contra corriente,
donde el viento
agita sus alas.
Pero nuestros labios,
sonríen tanta luz
y nuestros ojos,
agitan tanta paz,
que volvemos a nacer,
mil veces, a pesar,
de este tiempo de muerte.
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