Tenía el cuerpo herido
después de tus brazos
y los ojos diminutos,
de lágrimas y ríos.
La tierra sólo giraba
y el cielo,
desprendía vuelos
de pájaros negros.
Luego el vacío,
sólo el vacío
y entre tanto silencio,
despertaron de a poco
los manojos de estrellas,
cayendo sobre el sepulcro,
para que yo,
hipnotizara los sentidos.
Tenía el cuerpo herido
pero una noche cualquiera,
amaneció el universo.
© Josep Guiolà Photography
© RoseMarie M Camus Poetry & Design
Simplemente hermoso!
ResponderEliminarGracias querida Katrina!
EliminarUn abrazo inmenso.