Ser sólo día,
sin entrar en la noche,
evadir su oscuridad de muralla.
Preferir el día,
con sus rayos y aristas
de verdad transparente.
Sin vendas al sol,
como una hoja de fin de otoño
clara y presumida,
que juega al viento y cae libre.
Así, ser sólo día,
sin crepúsculos enemigos,
sin pesares nocturnos.
© Franco Marino Photography
© RoseMarie M Camus Poetry & Design
Hola amiga Rosemarie, si solo se es de día ¿como contemplar la romántica luna y las brillantes estrellas? No todo en la noche es sombrio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola querida Conchi!!!
EliminarPues sí, la noche es preciosa también y en lo personal, me encanta!!!
Un abrazo inmenso.