Visten sus ojos
de tristeza infinita
caen lágrimas.
© Internet photograph El Greco
© RoseMarie M Camus Poetry & Design
Podría amarte,
hombre desnudo.
La palabra vive,
se ahueca entre mis venas
y tu corazón (escondida)
como aquellos poemas
que se leen entre líneas.
De hecho,
existimos en el amarillo
de un semáforo invisible
y amarnos,
es cuestión de tiempo.
© Internet photograph
© RoseMarie M Camus Poetry & Design
Abrázame fuerte, amor mío.
Rodemos por el desierto,
como el huracán desolado
que gira al mediodía,
como esta tierra
de salitre y cobre,
que aún guarda su raíz
de textura incólume
y como el sol que no cesa,
iluminando el camino
de sus muertos.
Abrázame y rodemos,
hasta despuntar el oasis
de los chañares alegres.
© RoseMarie M Camus Poetry & Photography
Tu pelo lana,
vuelo de flores,
crece
hasta alcanzar
el cielo,
que es verde pasto
y pajarillo blanco,
que canta sueños
de color Violeta.
© Fotografía de Arpillera
de Violeta Parra
© RoseMarie M Camus Poetry & Design
En el ímpetu del camino
que lleva rutas de esperanza,
las huellas del amor
manifiestan lo vivido.
Y a pesar del viento
que borra ilusiones,
amo,
desde todas mis orillas,
con la sed de lo infinito.
© RoseMarie M Camus Poetry & Photography
De la luz
que nos posee
y nos envuelve,
centinela,
brillo fugaz
de la alegría.
© Internet photograph
© RoseMarie M Camus Poetry & Design
En el silencio del árbol,
su sombra le hablaba
a la piedra...
es hora de la siesta
y de tu sueño,
así como el mío,
del agua y del cielo,
volver a contarte
un cuento.
© Rave
Pamparo Photography
© RoseMarie M Camus Poetry & Design
Sola la roca...
y el mar que ronda
por sus cuatro costados.
La baña, la cubre en caricias
deslizando sus guantes de sal,
ahuecando, aún más,
su intimidad solitaria.
© RoseMarie M Camus Poetry & Photography
He visto su boca,
diseminanda
entre versos
y más allá,
aquel corazón,
buscando recodo
en los cerros.
Lo he visto bailar,
agitar su verdad
en el viento
y también,
en su vuelo de pájaros,
alborotar mi desierto.
© Internet photograph
© RoseMarie M Camus Poetry & Design
Y...
volaron los pájaros
esa mañana.
La bandada imprevista,
llenó el cielo
alzando los ojos,
y luego, la soledad
dibujó sus nubes.
Llovía...
y la tristeza
lavó sus manos.
© Rave Pamparo Photography
© RoseMarie M Camus Poetry & Design
Gotas
que vienen y van,
tintinean y se multiplican,
entre acordes y olvidos.
Por eso,
hay sin recuerdos,
oídos sordos,
miradas ajenas,
nadie quiere seguir
bajo la lluvia del descontento
y sólo hay palabras,
dulces palabras para tal alivio.
© RoseMarie M Camus Poetry & Photography
En aquellos días,
solía suceder
un milagro.
Tú me mirabas
y se alumbraba
la mañana.
No era el sol, no,
porque tu pelo
ya se había robado
sutilmente,
todos los rayos.
Siempre
fueron tus ojos,
amanecidos.
© RoseMarie M Camus Poetry & Photography
Un día gris
adormece los puentes
y congela a todo aquel,
que vuelve del silencio
a sentir sus bordes
de hielo pálido,
y es lo mismo,
cuando muere el amor
de los amantes.
© Internet photograph
© RoseMarie M Camus Poetry & Design
En el recodo nocturno
que aflora de un sueño,
el universo de estrellas
es el perfil de sus ojos
y su voz, desde algún horizonte,
despierta el deseo de un beso
que presuroso desmaya,
como un torrente, en mi boca.
© Internet photograph
© RoseMarie M Camus Poetry & Design