Han pasado los años,
y ha borrado sus huellas.
Pero quedan
las gotas de lluvia,
las hojas que cuelgan
sus laberintos,
los deseos más ocultos
que despiertan los sueños.
Todo vuelve y se abre
como un racimo
y quizás, el tiempo sea eso,
un mar profundo de huellas,
que caminan sin luces.
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