Han desaparecido
y la angustia se instala
en los corredores del bosque,
en la cara invisible, donde ahora,
la desesperanza vuela sus pájaros.
Sólo quedan pergaminos como manteles,
utensilios que chocan entre dudas
y gárgolas, esperando en los rincones.
La habitación del hombre
es una herida abierta,
por donde sangran los recuerdos.
© Josep Guiolà Photography
© RoseMarie M Camus Design & Photography
Una habitación para un hombre de alma fría.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Julito por tus palabras.
EliminarUn abrazo cariñoso.
La habitación del hombre es esa parte de sí mismo que se condenó al vacío de la soledad y en la que hasta los recuerdos hacen yagas tan dolorosas que obvian el resto de la casa...
ResponderEliminarQué terrible.
Un beso.
Gracias querida Marinel. La habitación del hombre, a veces nos habita. Un beso amiga.
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