Descorres las cortinas
y un sol suave nos inunda,
una brisa de mar
y el rompe olas,
que nos espía.
Nos tenemos entre el mar
y la salvedad del cielo,
que pronto agitará las sombras.
Siempre vuelve el momento
de amarnos y amarrarnos,
a la hora que despunta el día.
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