Ahí estás sentado
en la inmaculada silla,
junto al cigarrillo
que se enconde
entre tus labios.
Te miro como siempre
y ahí estás, sonriendo,
resplandeciendo
como un óleo nuevo
y me pregunto,
hasta cuándo
veré tu recuerdo
que no cesa
en olvidarme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por estar presente y dejar tu valioso aporte. Me hace muy feliz...