Anduve pegada a su sonrisa,
a la fuente líquida de su boca,
a esos besos,
que nos mecían las palabras.
Pero un día, corrí el pelo
de entre mis ojos...
creía, que en otra realidad
sería feliz del todo.
Con los años me di cuenta.
Aprendí que todo lo perfecto,
siempre estuvo entre tus brazos.
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