Perdidos entre el tiempo,
tu mano ha tomado
un capullo infinito,
tus ojos beben las lágrimas
del rocío y tus labios repiten,
alguna canción que no olvido.
Encontramos el camino que nos lleva
hacia donde queríamos y exhaustos,
continuamos otras sendas escondidas,
donde las huellas extinguen
sus horas marchitas.