Por algunos días, no ha escrito.
Un pajarillo que picotea en el alféizar,
le retumba en el oído y el lápiz,
por más que lo intenta,
no puede reproducirlo.
Entonces, sonriente,
decide abrir la ventana,
pero, en el abrumador silencio,
el picoteo no tiene alas.
© Saul Leiter Photography
© RoseMarie M Camus Poetry & Design
Los silencios por imperceptibles son difíciles de trasladar al papel, sin embargo, los versos traspasan el alma de las cosas.
ResponderEliminarAbrazos poetisa.
Gracias querida amiga por dejar tu valioso aporte. Un beso,
EliminarY a veces, a la poesía ni siquiera hay que develarla. Ya está allí. Hasta en los simples gestos...
ResponderEliminarComo una estampa de haicu, Rose... Un abrazo.
Muy cierto querido amigo. Me alegra mucho de que dejes tu hermosa apreciación. Un beso y mil bendiciones!
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