Entre la sutil brisa y el calor
desbordante de un sol primaveral,
estaba la vida que nos cedía espacios.
Yo con la vicera tapando mis ojos
y el cigarrillo humeando inmutable,
al lado de mil palabras no escritas
y tú, leyendo poemas bajo el ronroneo
y las caricias de un gato negro.
Todos en su mundo casi perfecto
de afectos y actos incontenibles.
Sin duda, respirar no era en vano
en esta fauna nuestra.
© André Kertesz's Photography
© RoseMarie M Camus's Poetry & Design
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