Me siento tan feliz
de compartir
las horas contigo.
La última vez
que nos vimos,
corriste a mi encuentro,
a inundarme de cariño,
con tus bracitos abiertos
y tu sonrisa de sol.
Así también,
llegó tu regalo marino,
esas preciosas conchitas
que juntaste para mí
y que ahora son,
un tesoro invaluable.
Por siempre,
guardaré en mi corazón
estos gestos de amor.
No hay nadie,
que me haga sentir así,
como lo haces tú,
pequeñita Jo.
Por siempre, te ama,
tu Abu Omy
© RoseMarie M Camus Poetry & Photography
Ay, los nietos, los nietos! Qué sería de nosotros sin su ternura, sus sonrisas, sus pequeñas trastadas?
ResponderEliminarGracias por tu comentario y un cordial abrazo.
Muchísimas gracias querido Antonio. Tus bellas palabras alegran mi corazón. Abrazo inmenso!!!
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