Ha bordado
de soledad el desierto.
Desde el crepúsculo,
sus pensamientos vuelan
como hilos de oro,
sobre su frente.
Amaga el viento
su tinte de frío próximo
y sus lágrimas de camanchaca,
se funden con la arena
que se duerme.
Desde el amparo
de su silencio, viaja,
entre espejismos
sobre la muerte.
© Internet Photography
© RoseMarie M Camus Poetry & Design
Es el desierto que habla querida RoseMarie, si bien adoro el sur con sus bosques y ríos, no puedo evitar la seducción de la nada, del silencio, de la arena en sepia.
ResponderEliminarAbrazos poeta.
Gracias mi querida Taty. Sí, el desierto tiene su encanto. Besitos y muchas bendiciones!!!
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