Cómo se aprende a vivir
sin sonrisas,
sin esperanzas,
sin el mapa que nos lleva
a la alegría.
Bajo el alero de cada día,
se pierde la consciencia
de lo que hay afuera.
Uno se esconde de ese miedo,
se cierran los ojos
y no se piensa,
hasta que la realidad se impone...
estás solo y estás herido
de frente al horizonte.
© RoseMarie M. Camus Poetry & Photography
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