Como una pesadilla,
la boca del lobo
se abre y expele
su hálito negro.
Extiende
sobre las sábanas
sus garras,
que clava
como cuchillos.
Devora la carne,
consume mi pecho.
El lobo asesino
no tiene nombre,
ha huído dejando
cercenados
los miembros.
Sangra la noche,
duele la noche
y todas las noches.
© Internet Photography
© RoseMarie M Camus Poetry & Designe
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